domingo, 7 de octubre de 2012

Intrigante y oculto suceso


Cuentan los cronistas habituales que en la insigne Villa de Macotera acaeció un suceso de esos que recorren las calles como viento de invierno, dejando a las buenas gentes del lugar helados y con cara de estupefacción e incredulidad.

El suceso en sí sucedió en la llamada calle del Camino de Peñaranda, a la altura media de la vía.

Según consta en las crónicas, un vehículo a motor, conducido por un probo funcionario, envistió, sin venir a cuento y sin mediar provocación alguna, a otro de la misma especie, es decir, a otro vehículo a motor, que estaba silenciosamente aparcado, propiedad de un sufrido bancario,  y lo hizo con tal ímpetu, que el coche envestido dejó de ser un elemento útil para convertirse en un objeto inútil para el oficio que fue creado.

Como resultado del lamentable e increíble suceso, tuvieron que intervenir a fondo grúas y talleres, chapistas y pintores, a fin de arreglar el desaguisado.

A pesar de que el agredido y el agresor han pretendido, por motivo de amistad y otras razones menos nobles, cubrir con un manto de silencio el comentado suceso para evitar la mofa y el escarnio de los convecinos y turistas accidentales de la Villa de Macotera, no obstante, el hecho se sigue comentando entre las gentes del lugar, que aún permanecen incrédulas y estupefactas, sin poderse explicar lo que ocurrió un día caluroso de agosto en la mitad de la calle del Camino de Peñaranda.

Dejamos aquí constancia de esta real historia para que no quede en el olvido y se recuerde y se comente en los años venideros.

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