Las palabras sirven para mostrar
los sentimientos que se esconden dentro del alma.
Las palabras sirven para hacer
partícipes a los demás de las alegrías propias.
Las palabras sirven para contar
los acontecimientos importantes de la vida.
Sin las palabras nuestros
sentimientos quedarían encerrados, nuestras alegrías permanecerían huérfanas y
solitarias, y todo aquello que es verdaderamente importante en nuestras vidas
sería olvidado antes de que aconteciera.
Por todo esto, quiero utilizar
las palabras para que los sentimientos salten al aire e inunden el día y la
noche, para compartir con todos una felicidad nueva, y para gritar a los cuatro
vientos que ha nacido una nueva niña: ARIADNA
(Sin duda ninguna, la más guapa, la más lista, la que mejor mama, la que
mejor llora, la que hace pi-pi con más delicadeza). En fin, cosas de alguien
que ha tenido su primera nieta… las lágrimas se las dejo para la abuela.